Por qué cada vez es más difícil observar el universo

A los astrónomos les preocupa que los satélites brillantes puedan dificultar su investigación.

La vista del universo está bajo amenaza.

A partir de la próxima semana, una campaña para lanzar miles de nuevos satélites se iniciará con el fin de ofrecer acceso a internet de alta velocidad desde el espacio.

Y esto, afirman los astrónomos, puede significar un importante perjuicio para quienes se dedican a mirar las estrellas.

De hecho, las primeras flotas de estas naves espaciales, que ya han sido puestas en órbita por la compañía estadounidense SpaceX -fundada por Elon Musk-, están afectando la imagen del cielo nocturno.

¿La razón? Los satélites se ven como rayas blancas brillantes tan deslumbrantes que compiten con las estrellas.

De esa manera, diversos científicos han manifestado su preocupación por que futuras "mega-constelaciones" de satélites puedan oscurecer las imágenes de los telescopios ópticos e interferir con las observaciones de radioastronomía.

El astrofísico Dave Clements, del Imperial College de Londres, aseguró a BBC News que "el cielo nocturno es un bien común y lo que estamos teniendo ahora es una tragedia respecto a ese bien común".
¿Por qué se lanzan tantos satélites?

La carrera por enviar satélites al espacio tiene un solo fin: entregar acceso a Internet de alta velocidad.

En lugar de estar limitados por alambres y cables, estas naves espaciales pueden transmitir el acceso a Internet desde el espacio hacia el suelo.

Y si existen muchos de ellos en órbita, incluso las regiones más remotas pueden obtener conectividad.
La constelación satelital de OneWeb se ubicará a 1.200 km sobre la Tierra.

Actualmente solo hay 2.200 satélites activos que vuelan alrededor de la Tierra.

Pero a partir de la próxima semana, la constelación Starlink, un proyecto de la compañía estadounidense SpaceX, comenzará a enviar lotes de 60 satélites en órbita cada ciertas semanas.

Esto significa que se lanzarán alrededor de 1.500 satélites hacia fines del próximo año y, para mediados de la década, podría haber una flota de 12.000.

Por su parte, la compañía británica OneWeb tiene el plan de lanzar unos 650 satélites, pero esto podría aumentar a 2.000 si hay suficiente demanda de los clientes.

Mientras que Amazon prepara una constelación de 3.200 naves espaciales.
¿Por qué están preocupados los astrónomos?

En mayo y noviembre, Starlink envió 120 satélites a órbitas inferiores a 500 km.

Los observadores de estrellas se preocuparon cuando estos aparecieron como destellos blancos brillantes en sus imágenes.
El Observatorio Gemini rastreó satélites de la compañía Starlink.

Dhara Patel, astrónoma del Observatorio de Greenwich, en Londres, explicó que "estos satélites son del tamaño de una mesa, pero son muy reflectantes y sus paneles reflejan mucha luz solar, lo que significa que podemos verlos en imágenes que tomamos con telescopios".

"Estos satélites también son grandes usuarios de ondas de radio... y eso significa que pueden interferir con las señales que usan los astrónomos. Por lo tanto, también afecta a la radioastronomía".

Patel, además, advierte que el problema crecerá a medida que aumente el número de satélites en órbita.
¿Qué podría significar esto para la investigación?

Una opinión similar tiene el astrofísico Dave Clements, quien asegura que los satélites podrían tener un impacto en las observaciones del universo.

"(Los satélites) están ubicados en primer plano entre lo que estamos observando desde la Tierra y el resto del Universo. Entonces se interponen en el camino de todo", dice.

"Y te perderás todo lo que esté detrás de ellos, ya sea un asteroide cercano potencialmente peligroso o el Quásar más distante del Universo", agrega.

Asimismo, Clements explicó que será particularmente problemático para los telescopios que toman grandes estudios del cielo, como el futuro Gran Telescopio para Rastreos Sinópticos (LSST, por sus siglas en inglés), en Chile.
Entre mayo y noviembre, la compañía de Elon Musk, SpaceX, envió 120 satélites a órbitas inferiores a 500 km.

"Con el LSST y otros telescopios queremos hacer una película en tiempo real de cómo está cambiando el cielo... Ahora tenemos estos satélites que interrumpen las observaciones".

Pese a lo anterior, el astrofísico de la Universidad de Leicester, Martin Barstow, afirmó que algunos de los problemas podrían solucionarse.

"El número de satélites suena aterrador, pero en realidad el espacio es grande, por lo que cuando se superponen a todos en el cielo, la densidad de estas cosas no será muy grande", dijo.

"Y debido a que los satélites tienen posiciones conocidas, puedes mitigarlo. Un satélite será un punto en una imagen y podría aparecer como un estallido de luz transitorio, pero lo sabrás y podrás eliminarlo de la imagen", agregó.

"Costará esfuerzo y trabajo para los observatorios lidiar con eso, pero se puede hacer".

Sin embargo, para la radioastronomía, las constelaciones podrían plantear un problema mayor, especialmente para los telescopios relativamente nuevos, como la matriz de kilómetros cuadrados (SKA).

Las señales de radio que usan los satélites serán diferentes de las que los astrónomos están buscando, pero aún podrían interferir, afirmó el académico.

¿Qué dicen las empresas involucradas?
SpaceX está trabajando para minimizar el impacto de los satélites.

En conversación con BBC, SpaceX señaló que están trabajando activamente con astrónomos internacionales para minimizar el impacto de los satélites Starlink.

Para su próximo lanzamiento, están probando un recubrimiento especial diseñado para que el satélite sea menos brillante.

OneWeb afirmó que quieren ser "líderes de opinión en el espacio responsable" y que, en consecuencia, están poniendo sus satélites en una órbita de 1.200 km para que no interfirieran con las observaciones astronómicas.

Ruth Pritchard-Kelly, vicepresidenta de OneWeb, señaló: "Hemos hablado con la comunidad astronómica antes de lanzar nuestros satélites para asegurarnos de que no sean demasiado reflectivos y que no habrá interferencia de radio con su radioastronomía".

Para la ejecutiva, no se debería tener que elegir entre conectividad y astronomía.

"No hay duda de que todo el mundo tiene derecho a estar conectado a Internet... Así que eso va a suceder", dijo.

"Y el desafío será trabajar con los otros interesados ​​para asegurarnos de que no estamos interfiriendo con ellos, ya sean tecnologías satelitales existentes, o el teléfono móvil en el terreno, o la comunidad astronómica".

"Sabemos que esto lo resolveremos con todos", concluyó.

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